Hemos creído que las revoluciones son solo producto de una moda, de un tiempo, de un siglo. Que solo obedecen a caprichos y a coincidencias del azar que hace converger gentes y situaciones sociales asfixiantes que en un momento dado explotan sin medida. Y todo esto es verdad, pero las revoluciones son consecuencia de una serie conjunta de condiciones de amplio espectro que han hecho imposible la convivencia armónica entre los individuos y sus asociaciones de individuos que componen una sociedad.
Pero las revoluciones no obedecen a un azar pero sí a situaciones que se pueden prever. ¿Son las revoluciones el final de ensartadas reivindicaciones o son solo el principio a partir del cual empiezan a considerarse los cambios?
Los cambios no son fáciles de asimilar en ningún momento ni por ninguna persona o colectivo porque las personas aún no hemos adquirido la madurez necesaria para aceptar que las situaciones cambian y que nada es inmutable. En general la gente es conservadora y tiende a la conservación.
La conservación ó el acto de conservar y/o guardar es una característica social, espiritual y humana. En algún momento de nuestro trayecto vital como individuos o grupos de individuos de la especie humana la conservación se hace importante y necesaria para la sobre vivencia de la especie porque permite que aquello que se conserva se transmita a los demás como una evidencia de lo que ha sucedido y como una memoria que es la historia de nuestro ser y de nuestra actividad a lo largo del trayecto vital de cada individuo o grupo de individuos. Por lo cual la conservación se hace necesaria. Pero no debemos confundir lo necesario con lo imprescindible. Si bien la conservación es una acción positiva para el desarrollo progresado de las asociaciones humanas no todo lo que hemos conservado y acumulado a lo largo de la existencia de la humanidad es imprescindible.Debemos distinguir , pues entre lo que es necesario guardar y lo que no. La conservación como cualidad social y espiritual progresada del ser humano tiende a fosilizarse y pasar a convertirse en statu quo.
En este paso de a estabilización hacia el statu quo es cuando brota el instinto vital creador de la Vida y se rebela contra ese statu quo que se ha convertido en un obstáculo para el avance hacia otras formas progresadas de pensamiento, acción y convivencia de los individuos y de los grupos de individuos entre sí.
El brote espontáneo producido en el interior de los individuos y de sus asociaciones es lo que podríamos llamar revolución. Revolución es pues ese acto o momento de máxima expresión de libertad que los individuos manifiestan cuando las condiciones que les rodean y en las que ínter-actúan se han hecho opresivas.
Es en este momento cuando la revolución toma su verdadero significado.Inmediatamente después llega el momento de situar las previsiones para esos cambios y encadenarlos en la realidad que plantean las nuevas condiciones creadas para que se hagan efectivos esos cambios que tendrán como único plazo una Evolución.El siguiente camino será el de una evolución que contenga los cambios reales para conseguir la armonía y desarrollo progresado de los individuos y grupos de una sociedad.